Marcelo Birmajer: «Me rebelo contra una hegemonía cultural, que es la izquierda autoritaria, antijudía y antidemocrática»
Marcelo Birmajer: "Me rebelo contra una hegemonía cultural, que es la izquierda autoritaria, antijudía y antidemocrática"
La Remera del Che y otros cuentos políticamente incorrectos (Edhasa) es el último libro de Marcelo Birmajer. Veintitrés relatos cortosproponen historias de amor bajo la impronta comunista o el falso progresismo, que el autor describe a través de personajes ficcionados. En algunos, deja un mensaje para la reflexión del lector.
Con ironía y humor, ingenio argumentativo y destreza, desenmascara los ideales del comunismo en el mundo y enarbola los valores de vivir la vida en libertad.
Birmajer altera la historia a través de la ucronía como recurso narrativo, fusionándola con dictadores comunistas como Ernesto “Che” Guevara, Fidel Castro, Stalin, Mao Tse Tung, Gadafi y Pol Pot, sin dejar de lado a Perón, López Rega y el peronismo de izquierda en los ’70. También, esgrime una feroz crítica sobre el encierro que restringió la libertad durante la pandemia.
En diálogo con Clarín Cultura, cuenta cómo es La Remera del Che. Además, critica el comunismo, fustiga a Myriam Bregman, al kirchnerismo, y deja su postura sobre la guerra entre Israel y los terroristas de Hamas.
–¿Por qué decidiste escribir este libro que habla del comunismo, peronismo y maoísmo, entre tantos ismos?
–Habla de los ismos, especialmente del fanatismo. El tema es el fanatismo político, los mitos de la izquierda reaccionaria, los mitos del pensamiento anquilosado del falso progresismo.
Creíamos que el progresismo era igualdad, fraternidad y libertad, pero terminamos desayunando con que el progresismo es apoyar a la teocracia femicida iraní, a la dictadura chavista o la de Maduro. Peor aún: el progresismo resultó apoyar a los islamonazis de Hamas.
Quería escribir un libro de ficción humorístico que parodiara ese pensamiento para mí terriblemente negativo.
–Empezaste fuerte con "La remera del Che", tu primer cuento, homónimo al libro. Una declaración de principios cuando rechazás la remera que te regaló tu hija. Ahí dejás un mensaje: vos, como padre, sos el héroe.
–El cuento es la sala de entrada: cuando entran a tu casa, que se vea lo mejor que uno tiene. Afortunadamente, ninguno de mis hijos nunca usó la remera del Che. Gofe es un personaje de ficción pero sí es mi perspectiva de la vida: está mi mirada, pero no soy yo.
Hay muchos malentendidos con el Che, que hasta es un ídolo de las marchas del orgullo gay. El Che perseguía a los gays, los encerraba en campos de reeducación y los fusilaba. Era un inquisidor criminal de gays en Cuba y en Latinoamérica.
Cuba es la dictadura más prolongada del mundo hispanoparlante y del mundo junto con China. Se supone que luchaba para distribuir la riqueza. Es uno de los países más pobres del mundo con la mayor desigualdad entre la casta dominante y el pueblo, que literalmente se muere de hambre.
Todo eso es el Che Guevara, es peor que un fracaso: es un dictador repulsivo al que hay que rechazar en cualquiera de sus actitudes y posiciones.
–Muchos tienen conexión con la década del ‘70. ¿Te marcó esa época? ¿Tenías más ideas de izquierda en aquel momento?
–Me siento rebelde ahora. Me rebelo contra una hegemonía cultural, que es la izquierda autoritaria, antijudía y antidemocrática, y contra esa hegemonía cultural que está en la academia, en el arte, en la política, en la cultura y también en el periodismo.
Los ’70 me apasionan: tengo una marca bibliográfica por medio de la lectura de grandes textos. Terminé la dictadura de Videla como estudiante secundario, y es lo que marca mi tendencia de izquierda entre los 16 y 24 años: mi posición anti Videla y Galtieri.
Me opuse a la Guerra de Malvinas, siendo adolescente, y eso se lo asociaba con ser de izquierda, pero la abandoné leyendo al historiador Paul Johnson en La historia de los judíos: descubrí que la izquierda ocultaba detrás del antisionismo, simplemente el antijudaísmo.
Yo no podía pertenecer a un grupo político antijudío y la izquierda trotskista, como acaba de ratificar Myriam Bregman, es nazi. Una judía que se auto-odia. Tampoco puedo pertenecer a un grupo que esté a favor de un grupo del islamonazismo ni a un grupo que, como los trotskistas argentinos, sean nazis.
La única posición clara internacional que tienen los trotskistas argentinos es contra los judíos. Es absolutamente estrafalario, una especie de enfermedad mental.
–Se enfatiza al comunismo pero Myriam Bregman sacó el 2,69% en las presidenciales en octubre.
–Estoy convencido que Bregman perdió muchos votos por su posición nazi, por haber develado transparentemente que era nazi.
Cuando ves las imágenes de lo que fue la masacre del 7 de octubre en el sur de Israel sentís un rechazo instintivo contra los nazis. Ella, como nunca, explicitó su apoyo al nazismo hitleriano por medio de apoyar a los islamonazis de Hamas. Lo mismo Vanina Biasi, su candidata a Jefe de Gobierno porteño. La ciudadanía las rechazó.
Así como hay un elemento de auto-odio también hay un elemento de preservación: podés ser culturalmente de izquierda pero al final no querés que tus hijos vivan en un lugar como Cuba o Corea del Norte.
Los comunistas nunca se van a un país de izquierda. Los Montoneros se fueron a países liberales pero no a Cuba. La mayoría se exilió en países democráticos como España, Francia e Italia. Estaba lleno de Montoneros y del ERP.
–Mao, Fidel Castro, Stalin y Pol Pot están en tu libro. Muchos los consideran héroes revolucionarios pero no dejan de ser dictadores y genocidas.
–Pol Pot es un genocida, un dictador camboyano que mató al 30% de su pueblo. Stalin y Mao asesinaron a millones rusos y chinos. Sin embargo, los adoran. Los trotskistas argentinos adoran a dictadores. Los comunistas argentinos adoran a genocidas como Pol Pot.
Mi posición es que los héroes no son los que te explican por qué hay que matar; el héroe es el que te explica por qué hay que vivir, el que te da ganas de vivir.
–Hay muchas historias de amor en tu libro. En Cacho y Hanna, una judía se enamora de Martin Heidegger, filósofo nazi.
–Es uno de los cuentos que más me gustan. Siempre ha sido un gran enigma por qué Hannah Arendt siendo tan inteligente se enamora de un nazi.
Heidegger era afiliado al partido nazi, hitleriano y antijudío. Y ella, siendo judía, se enamora de un nazi, como Myriam Bregman se afilia ideológicamente a los islamonazis de Hamas.
El cuento termina diciendo que ni Hannah Arendt se puede responder a sí misma por qué se sometió a un nazi. Hay una perversión que atraviesan algunos intelectuales judíos y muy particularmente Hannah Arendt: el auto-odio. No tiene una definición completamente racional pero es tan evidente que es ineludible señalarlo.
Sobre Israel- Hamas
–¿Respecto a la guerra entre Israel y Hamás, qué pensás cuando dicen que Israel es un país genocida, que quiere hacer una limpieza étnica en Gaza?
–Creo que es una buena simetría, una buena similitud comparar a los islamonazis de Hamas con los nazis hitlerianos. Hay que derrotarlos igual como se derrotó al nazismo, tiene que ser la destrucción incondicional de su aparato militar, de su nombre, de sus símbolos, de su agrupación, pero también de sus seguidores.
–Eduardo, tu hermano, era rabino, padre de siete hijos. Lo asesinaron en 2015 en Jerusalén cuando tenía 45 años.
–Mis posiciones son previas al asesinato de mi hermano: desde que tengo 26, 27 años, defiendo las democracias liberales. Por lo tanto, defiendo a Israel.
Mi deseo es derrotar al islamonazismo de Hamas, a la Yihad Islámica y a Hezbollah, y propagar la democracia en el territorio palestino como se propagó la democracia en Japón, en Alemania y en Italia, y hacer la paz con una democracia palestina.
–¿Qué postura tenés respecto a la posición de la Argentina en la guerra entre Israel y Hamas?
–En Argentina ocurrieron los dos peores atentados contra judíos posteriores a la Segunda Guerra Mundial hasta la masacre del 7 de octubre en el sur de Israel.
No puedo decir que la Argentina sea un país antisemita, pero sí decir que el gobierno de Cristina Fernández de Kirchner fue claramente antijudío y el de Alberto Fernández, también. Están del lado de Hamas y no de las democracias liberales. ¿El motivo? Son antijudíos.
Birmajer Básico
- Escritor y guionista, nació en Buenos Aires, en 1966. Publicó novelas como Un crimen secundario (1992), El alma al diablo (1994), Tres mosqueteros (2001), La Despedida (2010), El Club de las Necrológicas (2012) y Martín Fierro Siglo XXI (2022), junto a su hijo Simón.
- Entre sus relatos se destacan: Fábulas salvajes (1996), Ser humano y otras desgracias (1997), Historias de hombres casados (1999), Nuevas historias de hombres casados(2001), Últimas historias de hombres casados (2004), La mesa del olvido y otros cuentos de amor (2021), además de la crónica El Once. Un recorrido personal (2006).
- El ganador del Premio Konex en 2004 como uno de los mejores escritores de la década (1994-2004), es integrante del programa Pensándolo bien(Radio Mitre) junto a Gonzalo Sánchez, Jorge Fernández Díaz y Miguel Wiñazki. También, escribe semanalmente en el diario Clarín.
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