La muerte del hombre de 46 años encontrado sin vida en un charco de sangre en San Juan ha tomado un giro inesperado luego de que la autopsia revelara que no se trató de un suicidio, como se había inicialmente informado, sino de un homicidio. José Amarfil, profesor de Educación Física y desempleado, fue hallado muerto el pasado miércoles 17 de enero en circunstancias que inicialmente apuntaban a un acto autodestructivo.
Según la versión inicial, Amarfil se encontraba con Luciana Teresita Bustos Sánchez, de 33 años, en un bar antes de retirarse en el automóvil de ella, un Ford Fiesta gris. Llegaron a calle Pellegrini entre Solís y Santiago del Estero, donde se detuvo el vehículo. La única testigo, Bustos Sánchez, afirmó que Amarfil se había quitado la vida con un cuchillo y buscó ayuda de un oficial de policía.
Sin embargo, la autopsia realizada por el Dr. Matías Sánchez Girino reveló múltiples heridas de arma blanca en el rostro, brazos y tórax de Amarfil, indicando un patrón de degüello. Estas lesiones no eran compatibles con un suicidio, sino con un homicidio. La hipótesis más fuerte apunta a que Teresita podría ser la autora, aunque no se descarta la posibilidad de un tercer involucrado.
La situación se complica para Teresita Bustos, quien permanece detenida. La autopsia concluyó que la causa de la muerte fue un shock hipovolémico y que las heridas eran compatibles con homicidio. Los fiscales de la UFI Delitos Especiales, Adrián Riveros y Francisco Pizarro, han solicitado la audiencia de formalización de la investigación y de control de detención. Bustos podría enfrentar cargos por homicidio simple agravado por el uso de arma blanca. Además, se esperan los resultados de los exámenes toxicológicos de ambos. La situación judicial de Bustos pasó de testigo a principal sospechosa del crimen, marcando un dramático giro en este caso.