Alfredo y Sonia: dos ejemplos de trabajadores rurales

Desde el Gobierno de San Juan celebramos este día, 8 de octubre, por ser la fecha en la que se dio a conocer el primer Estatuto del Peón de Campo, una Ley que cambió para siempre el trabajo rural en las estancias argentinas. Es por eso que damos a conocer la historia de Alfredo y Sonia; dos ejemplos de trabajadores sanjuaninos que dignifican la profesión. Desde chicos aprendieron el oficio y lo hacen con pasión con la motivación de darle a su familia un futuro mejor.

Alfredo Rivero es viudo y tiene tres hijos. Cuando era niño le enseñaron el noble oficio de trabajar la tierra. Es por eso que cada mañana arriba a la finca para manejar el tractor y cuidar el viñedo para que cuando llegue la vendimia cada parral tenga el mejor fruto. “Acá aprendí y crie a mi familia. Hay que pensar que, desde acá, de la tierra, sale todo y la única forma de trabajar, de salir adelante en un país, en un pueblo, en una provincia, es cultivando la tierra. Soy un apasionado de lo que hago. Toda mi vida me he dedicado a esto y estoy muy agradecido de la vida de haberlo aprendido, es un orgullo ser un trabajador rural”.

Caso similar es el de Sonia Díaz, quien es una de las pocas mujeres a cargo de una finca. Ella sueña y trabaja para que sus hijas tengan un próspero futuro y a través del campo encontró la herramienta para poder lograrlo. “Gracias a este trabajo puedo ayudar a mi familia. Principalmente a mis hijas, que puedan estudiar y tengan un buen futuro. Es tan lindo trabajar acá, disfrutando del aire, del ambiente. Aprendí este oficio gracias a mis padres cuando era niña. Hoy tengo a mi cargo cuatro personas, trabajamos en equipo y desde temprano cuando comienza la jornada, estoy manejando el tractor o sino en el parral, entre todos damos lo mejor de nosotros para que la cosecha sea buena. Para quienes trabajamos en el campo la cultura del trabajo dignifica y nos hace crecer como provincia”.

OP: Juan Llarena