La detención de Gil, que causó sorpresa, se debió a que la jueza Ana Carolina Parra sospechó que podría estar obstaculizando el proceso judicial. El médico había sido imputado por falso testimonio, ya que su declaración presentó notables contradicciones. Durante el juicio, Gil negó conocer a Juan Pablo Ortega, otro testigo clave, y aseguró no haber hablado con la denunciante en el momento de los hechos. Sin embargo, el Ministerio Público Fiscal presentó pruebas que contradecían estas afirmaciones.
En la audiencia de este lunes, Gil, representado por el abogado Maximiliano Páez Delgado, logró que se levantara la medida coercitiva que lo mantenía en prisión. A pesar de su liberación, no ha sido desvinculado del proceso judicial. El juez Diego Sanz estableció un plazo de cuatro meses para la Investigación Penal Preparatoria (IPP) y dictó una orden de restricción que impide a Gil acercarse a dos testigos clave del caso.
Como condición para su libertad, Gil deberá presentarse una vez al mes en la comisaría correspondiente a su domicilio. A pesar de la liberación, su situación en el juicio continúa siendo un tema de relevancia, y su testimonio sigue siendo un punto crucial en el caso que involucra a Mario Parisí, ex coordinador del Sistema Especial de Flagrancia, acusado de violencia de género.
Op: Juan Llarena