Empresarios y proveedores ven esta unión como un paso crucial para el desarrollo de la minería del cobre en San Juan y están ajustando sus estrategias para aprovechar esta oportunidad.
Con la expectativa de un impacto significativo a finales de 2024 o principios de 2025, los empresarios se enfocan en capacitación y acceso al crédito. El período de seis meses coincide con el tiempo necesario para completar el proceso legal del acuerdo, que incluye controles en Canadá, Estados Unidos y Australia. Este lapso permitirá a los proveedores locales optimizar sus operaciones y preparar a sus trabajadores.
Los números preliminares del proyecto estiman una inversión mínima de 5.000 millones de dólares y la creación de 10.000 empleos. Ante esto, las cámaras empresariales locales, como Casemi, Caprimsa, la Unión Industrial y la Cámara de la Construcción, enfatizan la importancia de la capacitación. Ramón Martínez de la Cámara de la Construcción y Ricardo Palacio de la Unión Industrial resaltaron la necesidad de aprender las especificidades de la minería del cobre, aprovechando la base de conocimientos existentes.
Por su parte, Juan Pablo Delgado de Casemi y Fernando Godoy de Caprimsa destacaron la importancia del financiamiento para adquirir bienes de capital y la planificación estratégica a largo plazo. Godoy subrayó la necesidad de evitar errores del pasado y el rol fundamental del Estado y las grandes empresas en apoyar a los proveedores locales.
Mientras tanto, el sindicato de trabajadores mineros AOMA expresó preocupaciones sobre el Régimen de Inversión y Gestión Industrial (RIGI) y el impacto de las nuevas tecnologías en el empleo. Cristian Aguilar, secretario gremial de AOMA, señaló la necesidad de discutir el futuro del sector y asegurar que los trabajadores sean parte del proceso de desarrollo.
Esta preparación y planificación estratégica son esenciales para que San Juan se beneficie plenamente del desarrollo de la minería del cobre, asegurando un crecimiento sostenido y equitativo en la región.
Op: Juan Llarena