Alerta en la cúpula de la Iglesia por el apoyo de un cura villero a Massa
La irrupción de Javier Milei en la política con su perfil disruptivo provocó un sacudón en todos los estamentos de la sociedad. Ni la Iglesia -que desde la vuelta a la democracia venía cuidándose de no quedar involucrada en las sucesivas campañas políticas- se salvó, provocando tensiones internas.
La última consecuencia se produjo esta semana cuando el padre José María “Pepe” Di Paola -el conocido cura villero- dijo en una entrevista con Télam Radio que una persona de fe no puede votar al libertarioporque sus ideas colisionan frontalmente con las premisas de las religiones.
Su afirmación obligó a fuentes de la Conferencia Episcopal a decir que las afirmaciones del padre Pepe eran “a título personal” y, por tanto, no deben tomarse como la posición de la Iglesia, institución a la que no le corresponde “decir a sus fieles por quién votar y por quién no”.
Obviamente, en los ámbitos eclesiásticos hay una coincidencia en el rechazo a los insultos y durísimas críticas que Milei le propinó al Papa hace unos años y a los severos cuestionamientos recientes. El propio Francisco aludió implícitamente al libertario de modo crítico.
Pero otra cosa -dijeron las fuentes- es que un sacerdote que debe estar por encima de todas las parcialidades políticas para preservarse como factor de unión de todos los fieles se pronuncie sobre cómo deben votar los creyentes porque es avanzar sobre su libertad.
En paralelo, el obispo de San Francisco, Córdoba, Sergio Buenanueva, escribió una reflexión que subió a las redes, en la que se refiere al papel de los clérigos ante el voto de los fieles en base al desarrollo de la Doctrina Social de la Iglesia.
“La Iglesia, con sabiduría pastoral, hoy prefiere orientar la conciencia ofreciendo a los fieles católicos una serie de principios, criterios y enseñanzas que ayuden a cada uno a tomar una decisión prudencial”, afirma.
Sin referirse en ningún momento al padre Pepe, Buenanueva completa: “Ese es el camino de la libertad que respeta la dignidad de la persona humana como tal. Ese es también el fundamento del sistema democrático”.
De todas maneras, teniendo en cuenta que a muchos católicos no los convencen los candidatos que llegaron al balotaje, el obispo de Formosa, José Conejero Gallego, salió a decir que el voto en blanco “es una opción”.
“Si la ciudadanía no se siente representada por ninguno de los candidatos o si la decisión pasa por elegir al menos malo puede votar en blanco”, señaló en línea con la doctrina católica que lo considera una vía extrema.
El padre Di Paola había dicho que “ninguna persona de fe puede inclinarse por una propuesta electoral activadores e inhumana” como la de Milei, y señaló que lo que plantea el libertario “es una regresión de la civilización”.
Tras criticar su posición sobre el uso de armas y la venta de órganos, dijo que “ninguna religión” está de acuerdo con esos postulados, “ni tampoco ninguna persona que se sienta ligada a un tipo de humanismo”.
En el pasado haya Milei había insultado y acusado al Papa de ser “la encarnación del Maligno”; además, criticó que promueva la justicia social porque “un robo porque le saca al que trabaja”.
Estas posiciones determinaron que, tras las PASO, los curas villeros oficiaran una misa de desagravio a Francisco, una decisión que generó un debate en la Iglesia sobre la oportunidad de su realización.
A los pocos días, el presidente del Episcopado, monseñor Oscar Ojea, afirmó que el Papa “es para nosotros un profeta de la dignidad humana en un tiempo de violencia y exclusión” y que “es también un Jefe de Estado al que se le debe un respeto particular”.
Luego Milei dijo que desde que abrazó la política había moderado su estilo, pero al día siguiente, en una entrevista a un polémico periodista norteamericano, acusó al Papa de “tener afinidad con dictaduras sangrientas”.
Finalmente, el referente intelectual de Milei, Alberto Benegas Lynch (h.), propuso romper relaciones diplomáticas con el Vaticano “mientras en la cabeza de la Iglesia haya una mentalidad totalitaria”.