Hay Optimismo Moderado por las Nevadas y el Ciclo Hídrico en San Juan

Entre abril y mayo, dos nevadas consecutivas cubrieron toda la cadena montañosa de la provincia, algo que no sucedía desde hace una década. Sin embargo, dos especialistas advierten que aún quedan factores que definirán el pronóstico hídrico.

La temporada de nevadas en la cordillera de los Andes, que va de abril a septiembre, ha comenzado con señales positivas. Según Silvio Pastore, coordinador del Gabinete de Estudios de Geocriología, Glaciología, Nivología y Cambio Climático de la UNSJ, estas nevadas cumplen con los pronósticos que anunciaban un buen año hídrico, influenciado por el fenómeno de El Niño, que terminó a principios de este año. Aunque actualmente el estado es “neutro”, los efectos del ciclo hídrico llegan con meses de retraso a San Juan.

Germán Poblete, climatólogo, también ve con optimismo las nevadas recientes. La primera, entre el 17 y 18 de abril, y la segunda, el 22 de mayo, fueron moderadas, acumulando en promedio 50 centímetros de nieve. Además, un evento climático atípico en San Juan generó precipitaciones adicionales los días 7 y 8 de mayo. Este fenómeno estuvo acompañado por un mayo más frío de los últimos 80 años en Santiago de Chile, lo que impacta en la cordillera.

A pesar de estas señales positivas, Poblete advierte que los próximos meses serán clave para definir la acumulación anual de nieve. Factores como el viento, la temperatura y la humedad en la cordillera pueden afectar la permanencia de la nieve. Además, el posible inicio de un ciclo de La Niña, que se caracteriza por menos nevadas y condiciones desfavorables para la conservación de la nieve, podría cambiar el panorama. Según pronósticos internacionales, hay una probabilidad creciente de que La Niña comience entre julio y septiembre.

Pastore, sin embargo, es más optimista sobre esta temporada de nevadas, debido al retraso con que los efectos climáticos llegan a esta región. Cree que es posible que este año sea “muy bueno”, lo que significaría suficiente nieve para satisfacer la demanda de riego, llenar los embalses y recargar los acuíferos. No obstante, destaca la importancia de una preparación adecuada de la infraestructura y una correcta planificación de la próxima temporada. La provincia tiene hasta el 1 de octubre, cuando inicia el siguiente ciclo hídrico y generalmente comienza el deshielo, para decidir cómo utilizar el agua acumulada este año.

Ambos especialistas coinciden en que, incluso si esta temporada es buena, será una excepción. Una vez que La Niña se establezca, San Juan enfrentará otro ciclo seco. Pastore advierte que la provincia debe acostumbrarse a “ciclos muy secos, con pulsos excepcionales buenos”, y recomienda un uso eficiente del agua, recuperando las cotas de los diques y recargando los acuíferos.

En conclusión, aunque hay optimismo por las nevadas recientes y la posibilidad de un buen año hídrico, los especialistas enfatizan la necesidad de planificación y eficiencia para enfrentar futuros ciclos secos.

Op: Juan Llarena