Los abogados defensores, Eduardo Sait y Fernando Bueno, buscan explorar el impacto del trastorno límite de la personalidad del imputado para evaluar si afectó su capacidad de entender sus actos al momento del crimen, ocurrido en febrero en Angaco.
La defensa fundamentó su solicitud en la necesidad de conocer cómo influye este trastorno en la impulsividad y reacción ante situaciones extremas, además de ahondar en antecedentes de un intento de suicidio y problemas emocionales por la pérdida de su padre y conflictos de pareja. Sin embargo, Micheltorena sostuvo que ya se realizaron evaluaciones psicológicas suficientes, en las que se determinó la imputabilidad de Pérez, y calificó la solicitud de «superabundante e inconducente».
Pese a la negativa de la Fiscalía, los defensores planean insistir ante el juez Sergio López Martí para que se realice un análisis psiquiátrico más profundo, argumentando que el caso requiere mayor complejidad en la evaluación. Mientras tanto, el acusado enfrenta un panorama legal complicado, con antecedentes de condenas previas por violencia contra una expareja.
Op: Juan Llarena