Epilepsia refractaria: un estudio comprobó los beneficios del tratamiento con cannabis medicinal
Un nuevo estudio de seguimiento sobre 122 pacientes con epilepsia refractaria tratados con cannabidiol de diferentes centros de salud demostró una reducción en las convulsiones por un plazo de hasta dos años, informaron este jueves del laboratorio a pocos días de conmemorarse el Día Internacional de la Epilepsia.
Los datos surgen del tercer reporte de farmacovigilancia del producto Convupidiol, aprobado como producto farmacéutico en la Argentina el 3 de diciembre de 2020; en los dos primeros cortes se habían informado resultados a los 6 y a los 12 meses de iniciado al tratamiento.
«Ahora incorporamos información de 12 a 24 meses de tratamiento. Esto es de gran importancia ya que la epilepsia refractaria es una condición crónica y por lo tanto es vital contar con información a largo plazo», detallaron desde laboratorio que lo desarrolló y coordinó el trabajo de 19 médicos de diferentes centros de salud.
Para el nuevo estudio, se realizó un seguimiento de 122 pacientes y luego se midió qué efectividad tiene el tratamiento con cannabidiol entre 12 y 24 meses después de su inicio.
Lo que se observó fue que el 61,54% de los chicos y adolescentes analizados mostró una reducción de más del 50% de las convulsiones, mientras que el 7,69% las disminuyó en un rango de entre 20% y 50%. En el resto de los casos evaluados, el 28,57% no tuvo cambios y apenas el 2,20% experimentó un aumento en el número de crisis.
«Considerando los datos por edad se puede observar que la mayoría de los pacientes evaluados entre 12 y 24 meses respondió reduciendo sus convulsiones en más del 50%. Al comparar por grupos etarios, se observó una respuesta algo mayor para los pacientes en el rango de edad de 11 a 16 años, donde un 79% redujo sus convulsiones en más de la mitad. Además, en los rangos de menores de 5 años y entre los 6 y 10 años se observó que un 50% y un 65% de los pacientes, respectivamente, redujeron sus convulsiones a más de la mitad», indicó el estudio que tomó datos recopilados hasta el 30 octubre del año pasado.
«El mayor aporte es que reafirma, luego de un tiempo más prolongado, los resultados obtenidos en los dos cortes anteriores en los que se constata un porcentaje de reducción de crisis considerable en la mayoría de los pacientes siendo baja la incidencia de efectos adversos», analizó Nicolás Schnitzler, neurólogo infantil del Instituto Argentino de Diagnóstico y Tratamiento (IADT).
En el comunicado, el especialista explicó que la respuesta en una reducción de más del 50% de las crisis se suele observar luego de las primeras 3 a 4 semanas de iniciado el tratamiento y que una incógnita en cuanto a su administración por un plazo más prolongado, radicaba «en el tiempo de utilización y la posibilidad de aparición de efectos adversos, que por los datos que se han reportado en los informes previos son bajos».
Al comparar los datos relevados durante los primeros 12 meses de tratamiento con los que arroja este nuevo reporte, el neurólogo infantil Sebastián Díaz Basanta consideró que «los resultados continuaron siendo favorables, con un promedio mayor del 50% en la reducción del número de crisis, con cambios muy favorables en el comportamiento, conexión con el medio ambiente y cambios notables en el aprendizaje».
En cuanto a por qué motivo hubo una mayor reducción de convulsiones entre los pacientes del rango etario de 11 a 16 años, el especialista planteó que «los datos son insuficientes como para sacar conclusiones» y se deberá seguir su evolución en el tiempo «ya que las razones pueden ser diversas, y dependen de las evoluciones clínicas de los distintos síndromes epilépticos y de cuáles hayan sido las combinaciones con otros tratamientos antiepilépticos, como por ejemplo politerapia farmacológica, colocación de estimulador vagal y la indicación de terapia cetogénica».
Los resultados del informe se conocen en el marco del Día Internacional de la Epilepsia, a conmemorarse este lunes 12 de febrero con el objetivo de crear conciencia y educar a las personas que conviven con esta enfermedad.
Más de 50 millones de pacientes tienen epilepsia en el mundo, según datos de la Organización Mundial de la Salud, y cada año se detectan dos millones de casos.