“¿Cómo puede verse desde el presente el Guernica, de Pablo Picasso?”, se preguntó la historiadora del Arte Andrea Giunta días atrás, en una tarde de primavera desde la sede de ArtHaus Central en el microcentro porteño mientras en Madrid era seguida en una tarde francamente otoñal por el público del Festival Eñe en la librería La Fábrica. El diálogo era una continuidad de la entrevista realizada por la editora de Ñ March Mazzei meses antes en el Museo Nacional de Bellas Artes.
En Bellas Artes, precisamente, actualmente hay una saladedicada a las obras de Picasso que integran la colección del museo. “El Guernica es una pintura que se estudia, pero no necesariamente que se debata”, explicó Giuntasobre la obra que mejor representa las violencias del siglo XX. “Estrictamente, es una obra de propaganda –agregó–. Fue encargada por el Estado español de la república y a Picasso le fue pagada. Eso le permitió a España recuperarla cuando estaba en el Museo de Arte Moderno de Nueva York”.
La pintura comenzó a echar raíces en América latina cuando Picasso fue invitado a exponerlo en la bienal de San Pablo, en 1953. Mirá el video con la charla completa para seguir ese fascinante recorrido.