El anhelo de Magdalena Sergo

De raíces cordobesas, pero con corazón sanjuanino, Magdalena Sergo es una más de nosotros –de hecho, ella misma lo siente así- y está a días de experimentar su primera gran cita deportiva a nivel internacional.

Y se refiere a que integrará la Selección Argentina de ciclismo que competirá en los entrantes Juegos Parapanamericanos 2023, competencia que reunirá en Santiago de Chile –a fines de noviembre- a los mejores deportistas del continente en el rubro adaptado o no convencional. Actualmente, Magdalena forma parte del programa de deporte adaptado de la Secretaría de Deportes y es también protagonista de la Revolución Deportiva.

Su vida está vinculada al ciclismo desde hace un tiempo, pero en los últimos años su nombre y apellido ha tomado cada vez más relevancia y alcanzado nuevas latitudes. Y ahora aún más teniendo en cuenta la gran noticia que recibió, que defenderá los colores de Argentina en los Juegos.

En estos Parapanamericanos, un banco de deportistas interesantes y de muy buen nivel, por el lado de San Juan habrá tres comprovincianos vistiendo la Albiceleste. A Sergo debemos sumar a María José Quiroga, también ciclista, y a Brian Bordón, basquetbolista.

En las siguientes líneas conoceremos un poco más sobre la vida de esta deportista, de notoria simpatía y calidez humana, a quien la vida le cambió por completo hace unos años, pero que a base de mucha fuerza y fe puedo salir adelante y hoy está a la espera de disfrutar de un logro deportivo muy importante para ella.

– Hablamos sobre vos en primer lugar, ¿quién es Magdalena Sergo?

– Mi nombre completo es Magdalena Sergo y tengo 26 años. Nací en Córdoba, pero a los pocos meses me vine a vivir con mi familia a San Juan por cuestiones de trabajo. Si bien viajo casi todos los años a Córdoba, generalmente lo hago para visitar a mí familia de parte paterna. Vivo acá en San Juan, en Rivadavia. Yo siempre digo que es la triple frontera porque es en límite de Rivadavia, Capital y Rawson (risas).

Soy profesora de Educación Física. Y actualmente estoy estudiando la Licenciatura en Actividad Física, Discapacidad e Inclusión en la Universidad Católica de Cuyo, y el Profesorado en Biología en el Instituto Dra. Carmen Peñaloza. Si las cosas salen según lo planeado, ya podría recibirme el año que viene de profesora de Biología. Y la licenciatura la finalizo en marzo dependiendo de la tesis.

– Hoy el ciclismo significa mucho para vos, ¿por qué este deporte? ¿qué te cautivó?

– Si bien siempre me gustó el deporte, nunca pensé que iba a terminar en el ciclismo. Luego del accidente que tuve, comencé con atletismo adaptado, que me encantó y pensé que en eso me iba a quedar. Hasta que en unos Juegos Evita de atletismo que estuve ayudando como profe, unos profes de ciclismo adaptado, Juan Pablo Villalba y William Quintero, me comentaron que había muy pocas chicas en ciclismo adaptado. Ellos siempre me veían que andaba en bicicleta, pero yo lo hacía de forma recreativa y como transporte, no tenía un entrenamiento de ciclismo. Entonces decidí probar y cada vez me gustaba más. Empecé entrenando en la ruta con mí mountain bike, porque no tenía mí bicicleta rutera, hasta que me la compré hace poco con mucho esfuerzo y aún la sigo pagando. ¡Pero va queriendo! Actualmente practico ciclismo de ruta, desde hace menos de un año y pista hace 3 meses aproximadamente.

Mi vida como deportista diría que en primer lugar es muy linda. Disfruto mucho lo que hago, y apenas encuentro un momento libre -que no debería tener- aprovecho a entrenar. Me gusta aprender cosas nuevas, realizar distintos test y ponerme objetivos a corto y largo plazo. Suele ser un poco sacrificado, ya que los tiempos siempre van a estar acomodados para el entrenamiento. Por lo tanto, mi vida social se encierra en ese círculo y no suelo salir mucho porque priorizo el descanso o el intentar cumplir con los requerimientos alimentarios de la nutricionista.

Como ciclista suelo causar risa a buen modo, ya que cuando comenzamos la entrada en calor yo voy hablando y generalmente siempre me dicen que nunca me callo (risas), pero luego cuando comienza la parte más específica del entrenamiento me concentro tanto que voy callada o solo respirando para aguantar el ritmo. Después cuando paramos a tomar algo entre todos para reponer energía, hablo y cuento todas las sensaciones que tuve que no pude decir antes.

– Qué nos puedes contar sobre tu historia de vida, cuál es tu discapacidad.

– En el año 2017 cuando estaba estudiando para el profesorado, en una materia del instituto, Prácticas Gimnásticas, realice varios roles hacía adelante. En uno de ellos, se me desplazaron las cervicales 5, 6 y 7, ocasionando una lesión medular incompleta. Al suceder esto, se comenzó a inflamar y generar un dolor cada vez más fuerte, en el cual comencé a perder la movilidad de mí cuerpo, primero del brazo izquierdo, con el paso de las horas comencé a perder la movilidad del resto del cuerpo hasta que en menos de 24hs no podía mover absolutamente nada.

Al principio comenzamos a ir con mí familia de hospitales, a clínicas y en ningún lugar podían decirme que era lo que me estaba sucediendo hasta que un neurólogo solicitó una resonancia magnética y pudimos descubrir la lesión.

Una vez sabido eso, me dijeron que iba a caminar a los 6 meses y mi vida mental se desmoronó totalmente. Yo no tenía idea ni qué era una lesión medular y pensé que cómo iba a estar 6 meses en una cama sin mover un dedo. En ese momento mí familia, mi pareja y mis amigos, e incluso personas que no conocía, me brindaron un apoyo fundamental. Solo pensaba en la rehabilitación e hicieron más amena la situación, con juegos, series, y el cambio de kinesiólogos, hasta que con el pasar de los días pude ponerme de pie al mes, y en menos de 3 meses ya estaba caminando sin ayuda.

Respecto a cómo me hizo sentir y cambiar este accidente, yo nunca fui una persona que se quejara tanto, pero me di cuenta que hoy en día valoro mucho más la salud a diferencia de antes, el poder disfrutar un momento. Por ejemplo, cuando me dieron el alta luego del accidente lo primero que pensé es que nunca había apreciado el sol de la manera, llevaba semanas en una habitación y cuando me dio la luz del sol en los ojos incluso se sentía raro, fuerte y solo esperaba que todos los que quedaron internados pudieran volver a sentir eso.

A veces cuando estoy muy cansada en la bici pienso en la Magui del 2017. Cuánto hubiese querido estar en ese lugar y en consecuencia lo hago por esa Magui y por todos los que no pueden, por el aliento de los que están acompañándome desde un inicio y en adelante también, por los que no están y por el amor al deporte también.

No me costó aceptar el vivir con esta lesión, reconozco cuándo necesito ayuda y también cuando puedo hacer las cosas solas. Soy muy independiente en lo cotidiano y algunas partes de mí casa las han adaptado a mí.

– Estás a días de estos Juegos Parapanamericanos. ¿Cómo se dio todo, cuándo te enteraste, cómo estás para la competencia, qué tal viene todo?

– Una vez que comencé con el ciclismo adaptado compitiendo en la Vuelta Inclusiva de San Juan y hablé por primera vez con los técnicos de la Selección Argentina de ciclismo adaptado. Eso me motivó a ser más disciplinada y buscar mejores resultados. Luego seguí en comunicación con ellos y en noviembre por primera vez voy a competir representando a nuestro país. Esto representa un orgullo enorme, que me motiva más que nunca a dejar cada latido de mí corazón dentro de la ruta y la pista. Espero poder disfrutar las carreras, como el antes y después de ellas. Por último y no menos importante, me alegra saber que dentro del equipo está mi amiga Majo Quiroga, quien me ayuda muchos con sus tips y experiencia mundialista, siendo no sólo un apoyo técnico, sino emocional también.

-Por último, cuáles son los sueños que tenés en el ciclismo, a dónde te gustaría llegar y cuál es tu mensaje.

– Varios de mis objetivos se van cumpliendo. Uno de ellos es competir en la Selección, pero siempre uno aspira a más. Anhelo conseguir alguna medalla y dedicársela a todas aquellas personas que hoy me permiten estar de pie y corriendo en la bicicleta.

Como mensaje, simplemente me gustaría que las personas aprendan a valorar los sentidos que tienen. Y que sea el deporte o actividad que hagan, que la disfruten al 100%, siempre se puede darlo todo y aún más.

Por: Rodo Galdeano

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